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domingo, 20 de abril de 2014

Relato "La Galería Muerta"


La estancia tenia ese aire lúgubre de las zonas ya muertas y deshabitadas, casi en penumbra, solo el tímido reflejo del escaparate de un comercio justo en frente, uno de los pocos que permanece en pié, Pablo recordaba como había recorrido una y mil veces aquellos soportales vacíos, el sonoro pasillo, la locura de las fiestas navideñas altavoces con repetitivos villancicos...Como deshacía paquetes de mercancía, como le llamaban para ayudar en la tienda ahora ya marchita. Un torbellino de sensaciones recorría su cuerpo, mujeres fundamentalmente señoras, de un cierto estatus social, que le miraban, con la certeza y enjundia que da la experiencia y la vida, cremas faciales y maquillaje de elevado coste, adornaban su cutis, labios brillantes y chaquetones de pelo de animal sacrificado...Pablo no pasaba de los veintidós años por aquel entonces, un montón de sueños y de anhelos...El tiempo es implacable con la vida y los lugares, se adentró en la perfumería y escuchaba en su cerebro el trasiego de compañeras, el sonido de la caja registradora, andaba inmerso en sus pensamientos cuando a lo lejos un muchacho le llamo la atención, provisto de una bata azul de mozo de almacén, iba recepcionando los pesados paquetes, y los iba subiendo por las empinadas escaleras hasta el almacén superior...La visión duro un instante, estaba intentando reponerse de aquel salto espacio temporal, cuando una voz conocida y familiar le dijo... ¡Has tardado demasiado! ¿Quieres un café en la perla?... Todo era de un color distinto, las mesas y la barra de la cafetería habían perdido la tonalidad que el recordaba, se sentó justo en una mesita próxima a la puerta, se le acerco un camarero de aspecto muy cuidado y con una leve sonrisa le preguntó ¿Café y media noche con york?... Si por favor. Pablo acerco su mano hasta el diario local, empezó a repasar casi compulsivamente las noticias, la programación de la tele y se dirigió como de costumbre hasta las predicciones del horóscopo... Quizá tus sentimientos hoy sean algo confusos, saca a relucir tus encantos para facilitar el que consigas tus deseos...Le divertía sobremanera, aparte de preguntarse quien redactaba aquellas predicciones tan estrambóticas. Removía lentamente con la cucharilla el humeante café, cuando al levantar la vista hacia la entrada vio que ella se aproximaba de forma decidida mientras que hablaba por teléfono. ¡Te estaba llamando! En aquel momento la estancia se hizo mas lúgubre, pudo observar el aspecto envejecido del camarero y como su propio reflejo en el cristal próximo, era desconocido... ¡No te preocupes! es el paso irremediable del tiempo, sin embargo en ella parecía que no había hecho mella alguna...Ven quiero que veas algo acompáñame le dijo Isabel. Se adentraron en la galería y lo primero que le llamo la atención fue verla iluminada, por la megafonía el alboroto y como a su paso los comerciantes le saludaban...No entendía nada, se adentraron en la tienda y una multitud de olores le abrumaron mas si cabe, todo había recobrado un aspecto vital, y una fila de caras conocidas guardaban cola ante la caja registradora para pagar los regalos del día de reyes. Isabel le miró mientras decía...Nadie muere mientras alguien te siga recordando...No lo olvides Pablo. 

Pedro M. Girón

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