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sábado, 3 de mayo de 2014

Don Bosco 37



Se subió al taxi con sentimientos encontrados, miraba por la ventana las luces de la ciudad, toda esa retahíla de aves nocturnas que salen al abrigo de la descarada juventud, ese ímpetu que te lleva a hacer lo inesperado sin mas pretensión que divertirte como si no hubiera mañana.
¿Le molesta el aire acondicionado? Esa voz le abstrajo de sus pensamientos, repasaba mentalmente los últimos días, al hacerlo cayo en la cuenta que no es necesario tomar sustancias de tipo psicotrópicas para entrar en universos paralelos de difícil salida...Hay una droga mucho mas poderosa que cualquier otra.

No me molesta le dijo al taxista...¿Donde me dijo?...Si calle Don Bosco nº37 Vio como miraba el practico gps e introducía la dirección, le sorprendía que no conociera esa calle tan transitada en la ciudad... Señorita me puede decir...Permanecía atento a la conversación entre el taxista y la centralita cuando se percató al estar parados en un semáforo de que un búho se encontraba en la copa de un árbol y le miraba atentamente...Era la segunda vez que esto le sucedía, en una de las noches del verano hispalense al salir a tirar la basura vio como un búho completamente blanco parecía esperarlo, inmóvil y con el reflejo de la luna en sus llamativas pupilas, se le quedo mirando durante un instante, sin saber muy bien que hacer...Hay quien cree que es un aviso de algo que va a ocurrir, otros opinan que al mirarte te está traspasando un poco de su poder...Deposito la bolsa en el contenedor y se dio la vuelta sin darle mas importancia...Días posteriores y como consecuencia de lo acaecido si pensó que aquel encuentro inesperado tenia algún sentido.
Ya hemos llegado son doscientas quince pesetas...Se quedo mirando por la ventanilla intentando reconocer donde se encontraba, desde el espejo retrovisor el chófer le miraba con una medio sonrisa, busco en su cartera uno de diez euros para pagar la carrera...¿Perdón como dice? Se empezó a poner algo nervioso al comprobar que lo que se alojaba en el interior en la parte dispuesta para los billetes eran las recordadas y ya desaparecidas pesetas, algunos de mil y varios de quinientos...¡Pero esta no es la calle! ¿Donde estamos?
Continuara...

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